| Puerto de Å |
Siempre que uno viaja a un nuevo destino se pregunta si tantos km habrán sido en vano, y aunque hayamos visto fotos, leido opiniones en foros o buscado información en internet, no hay nada como sentir la huella del triunfo al pisar ese maravilloso lugar, y saber que la elección ha merecido la pena.
Apostamos fuerte con las islas Lofoten, no teníamos pensado subir más al Norte de Trondheim, pero una imagen del pueblecito de Reine nos hizo cambiar de idea, subir hasta el círculo polar Ártico, y pasar en estas islas mágicas los mejores cuatro días de nuestra estancia en Noruega.
Las islas se encuentran por encima del círculo polar Ártico, pertenece a la provincia de Nordland y la forma más sencilla de llegar es desde Bodo en ferry. Nosotros así lo hicimos, la travesía dura unas tres horas, y aunque el ferry no es demasiado cómodo, las ganas de llegar a nuestro destino nos hizo más ameno el trayecto.
| Alojamiento en Å |
Elegimos el pueblecito de Å (pronunciese o) como base para descubrir las islas, el enigmático nombre y estar situado al final de la carretera que cruza el archipiélago fueron primordiales para su elección, y no nos equivocamos, la estancia fue increíble, no había casi viajeros, la tranquilidad era el lema de sus habitantes, y nuestro alojamiento en una cabaña de pescadores hizo que nos enamorásemos de este encantador lugar.
Lo habitual es dormir en este tipo de Cabañas, conocidas como rorbu, preparadas para los viajeros, y en su mayoría sobre el mar, soportadas por pilotes de madera. La nuestra se llamaba hellvåg, dos habitaciones, cocina, wifi y un dueño maravilloso.
| Reine |
Sin duda la perla de las Lofoten es Reine, postal para definir las maravillas de estas islas. Rodeada por montañas y mar, tranquila y bien situada. Desde aquí se pueden alquilar bicicletas para recorrer los diferentes pueblos, playas y fiordos que conforman esta zona del Ártico.
| Montañas y fiordos |
Descubrir sus paisajes en bicicleta es la forma más divertida, no hay muchos automóviles, por lo que es un método barato y seguro de moverse. La fauna de la isla va desde frailecillos hasta ovejas, y los podrás ver fácilmente.
| Una playa en Moskenes |
Las playas también son espectaculares, desde luego lo de bañarse no es lo más aconsejable, pero la belleza salvaje de estas costas bien merece pedalear y escalar hasta llegar a ellas. Después, en la rorbu, el acogedor fuego de la chimenea, un café caliente y un buen libro pueden conseguir que tus días de vacaciones sean en estas tierras inolvidables.
| Cubiertas ajardinadas en Reine |
Podríamos haber estado semanas aquí, incluso meses, su tranquilidad atrapa, y cuatro días solo dan para una pequeña parte de las islas, pero volveremos, ya no quedan tantos lugares para desconectar de las grandes urbes.
Para despedirnos en nuestra vuelta a Bodo, las islas nos obsequiaron con esta bonita puesta de sol, como ese regalo que sabes te llegará en cualquier instante.
| Puesta de sol |
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